Hoy recordé una vez más cuales son los momentos en los que en realidad uno se deprime con motivos, los verdaderos problemas. Sin subestimar los típicos problemas adolescentes... como pelearte con un novio, con una amiga, con tus propios padres, pelearse con la vida como es típico mientras se adolesce. Pero hay ciertos temas, ciertos problemas que nunca van a ir para delante, insuperables y muy dolorosos. Hay gente que les llega de diferente manera, pero siempre existe ese dolor mayor a todos los demás dolores que tanto cuesta superar, o mejor dicho, que es insuperable. De lo único que estamos seguros en la vida, es de la muerte. y esa es la realidad a la cual no estamos preparados y nunca vamos a estarlo. Qué difícil separarse y no poder ver más físicamente, abrazar, o tener a tu lado a aquella persona que tanto querés, que difícil no haberlo podido hacer nunca también. Qué difícil y que intriga la del pensar... ¿qué nos sigue después de la muerte?, ¿algo mejor?, ¿algo peor?, ¿algo por lo menos?... Yo creo que es el reencuentro de las almas. Porque como siempre pienso, tanto amor, tanto cariño no se vá con el cuerpo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario