Y me quedé soñando con la ilusión a cuestas, con la esperanza
guardada en el bolsillo roto de un pantalón, en el baúl sin fondo
de mis decepciones, aletargada en el tiempo. Obsesionada con
verte, se enrojecieron mis ojos, se marchitaba mi mente. Será
que aún no se llenaba la luna, será que el tiempo fue menguando
nuestras ganas. Y me quede en suspenso, con una historia breve,
en los niveles más bajos de mis latidos del corazón, entre lo
inverosìmil de mis frustraciones. Será que aún no se llenaba la
luna... Sin embargo recuerda que yo estaré aquí en el mismo
lugar y si solo tienes ganas de hablar, con gusto escucharé.
No tienes porque disimular, esas lágrimas estan de más,
Si tienes que irte, vete ya.Sin embargo esparaba que te quedaras
pero el agua hay que dejarla correr. Mientras yo me tragaba
palabras que no pude decir, Y si el viento hoy sopla a tu favor
yo no te guardaré rencor. Claro que sé perder, no será la
primera vez. Ves que aun te puedo tocar con un dedo de amor
puedo hacerte temblar cuando escuchas mi voz, no esta todo
perdido si quema mi fuego en tu piel cuando digo tu nombre.
Sé que no todo acabó, el amor sigue aquí, esto no terminó,
tu me miras así como ayer.. Tiene tanto poder lo que siento.
Ves que lo nuestro es eterno. Ves que mi amor es tu amor,
que tu ausencia es dolor, que es amargo el sabor si no estás,
si te vas y no regresas nunca más. Que aún te puedo llenar con
mi piel en tu piel de pasión, que aún se puede salvar la ilusión
para volver a respirar en tu corazón. Ves que me acuerdo
de cada detalle de ti, que es mi único sueño el hacerte feliz
que no importa lo que haya pasado, no importa el dolor
si hoy estás a mi lado. Sigo siendo eso que siempre buscaste hasta
que lo tuviste, y hoy lo querés tanto que te encanta tenerlo.
Tanto beso suicidándose por ahí en el rincón de una boca.
Y me resulta imposible sacarlo de mi cabeza,
Equivocarme es algo humano, pero amarte es un pecado.
Sé que en tus labios yo pude encontrar
amor sin fin, y me hizo enloquecer. Y te condena mi celoso
corazón cuando le contás tu historia. Y sé que nunca se me
va a olvidar tu voz aunque pierda la memoria. Te tendré
que dejar escapar, sé que lo voy a lamentar, pero te digo,
amor, hay que saber cuando parar. No sé cuantos ángeles
te quieren ayudar, pero tengo la esperanza que ninguno
va a poder desnudarte, no de cuerpo, si no de alma, disfrutar
ese placer. Y la verdad no sé bien a qué tengo miedo, nunca
fuí mucho de apostar, una corazonada me dice que es
hora de pagar. Las lágrimas quiero guardarlas para mi juicio
final. Siempre mi voz vas a escuchar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario